lunes, octubre 30, 2006


Por primera vez, la vi llorar.
Sus sinuosos y agrietados labios se doblaron, dejando entrever unos dientes fumadores.
Apuró el cigarrillo que tenía entre sus largos y finos dedos. Buscó con sus brillantes ojos negros y cogió otro cigarrillo.
Yo la miraba en silencio. Me incomodaba verla llorar.
Intentó prender el cigarrillo, pero la llama no brotaba. Tiró el mechero al suelo y, sentada en el sillón donde solía contemplar la luna en sus largas noches en vela, agachó la cabeza.
Me acerqué y le hice levantar la mirada cogiendo su barbilla con la delicadeza de quien coge algo a punto de romperse.
Ya no encontré ese color en su rostro pálido.
Lás lágrimas resbalaban, sin prisas. Las limpié, una a una.
En un instante nos miramos a los ojos. Nos asomamos al interior. Volvimos a ser uno sólo. Pero fue un instante.
Acaricié su cabello oscuro mientras ella sollozaba. Evitaba mirarme.
Sus lágrimas dejaron de surcar su triste belleza.
No la volví a ver.
La llamaban soledad, y ahora, ni siquiera la tengo a ella.

Una idea que me estaba martilleando la cabeza.
Sed. Sentid. Soñad. Vivid.
A Dreamer

lunes, octubre 16, 2006


Los días cálidos de lluvia. Acariciar las paredes. Los rayos de sol en los días oscuros o nublados. Sentir una brisa suave. Observar. Un abrazo fuerte. Salir temblando de emoción del cine. Escuchar "Imagine" con los ojos cerrados. Sentir ilusión. Las noches de Luna llena. Alegrar. Que me descubran poco a poco. Conocer. Tocar las manos de otra persona, Ayudar. Un pensamiento compartido. Sorprenderme. Nunca decir "adiós". Que las olas me acaricien los pies. El mar. Soñar. Recordar. Mirar a los ojos. Bromear. Sentirme protegida. Sentirme viva. Que me tomen en serio. Ver la expresión de la gente en el cine. Dar pasos, correctos o incorrectos. Sentir emoción. Pensar que aún me queda por hacer... Mucho, nunca demasiado.

Una carta de presentación un tanto tardía...
Sueños y un guiño
A Dreamer

sábado, octubre 07, 2006

La trapecista


La energía de todo el mundo parecía estar concentrada allí arriba.
Ella.
Los aplausos la sujetaban y, a cada palmada, una razón para subiendo por la larga escalera. La tensión quería gritar, pero era silenciada por el alboroto del público.
De vez en cuando, su inseguridad la hacía parar, pero lo disimulaba con la sonrisa con la que nacían nuevos vítores.
Llegó, al fin, arriba.
Sus pasos estaban ideados y planeados friamente, saldría bien.
Nadie tenía por qué saber que era su primera vez.
Saludó con una sonrisa perfecta llena de sueños. Si no estuviera controlando, su corazón se habría salido del cuerpo.
Ya no escuchaba al impaciente y vacío público. Silencio. Miró la delgada línea que parecía ahogarla. Cerró los ojos.
Sólo la cuerda y ella.
Aún con los ojos cerrados, hizo una señal. Retiraron la red que la separaba del vacío.
Sólo la cuerda, el vacío y ella.
El público aplaudió más fuerte sin imaginar nada. Todo tendría que salir bien. Siempre fue y siempre será así.
Abrió los ojos y se despidió de todos los espectadores. Miró la cuerda, que pareció estrecharse. Se concentró.
La cuerda y ella. Sólo la cuerda y ella.
Dio un primer paso seguro, sin pensar. En el lugar y tiempo exacto para darlo. Miró al público feliz. Podía hacerlo.
Otro paso, un poco más dudoso. El vacío.
Llegó a la mitad. El tiempo parecía también caminar junto a ella.
No tenía prisa.
Sólo estaban la cuerda y ella.
Despació miró al público. Despacio.
Vacío. Ella.
Sonrió, allí mismo, con la felicidad que nadie podría entender o experimentar.
Giró y se puso de cara al público.
Expectación.
Pudieron leer en sus labios en constante felicidad un adiós lleno de esperanzas y sueños.
Ella, sólo ella.
Vacío.
Los payasos miraron la delgada cuerda. Sólo quedaba la cuerda. El público esperaba curioso la vuelta de la trapecista desaparecida. Un segundo...dos...
Pero como público que era, olvidó pronto a la joven trapecista y fijaron toda su atención en el siguiente número.
Nadie recordó a la trapecista que decidió no seguir la línea que otros marcaron por ella.
Finalmente, sólo quedó la cuerda floja.
La frecuentada y estrecha cuerda floja.


Haciéndome mi propio camino... Sin prisas, paso a paso. Contemplando cada muestra de belleza, cada gota de vida.
Paso a paso.
No sigas la línea que otros trazaron por ti.
A Dreamer.