Alegría errante
Llega casi sin avisar. No se sienta a mi lado, nunca lo ha hecho, permanece de pie incitándome a seguirla.
No necesita Luna llena para que la locura la visite. Su mirada siempre busca más allá de nombres y de épocas. En nuestros viajes por olas, hojas, nubes y vidas no habla mucho, el silencio no la incomoda. Sólo me pidió que no dejara de ser. Algunas noches canta gritando mientras mira la Luna, no creo que sepa el por qué. No le gusta el fuego, dice que conlleva el olvido. A veces rompe a llorar, sin motivo.
Se marcha. Y es en ese momento, cuando se gira y se despide con una mirada, cuando empiezo a quererla. Es sólo entonces cuando la siento mía, ahora sí que es mía.
Siempre deja la puerta entreabierta, para volver cuando le apetezca, no cuando la llame. Meses o minutos sin volver, y ella siempre distinta. Nació para caminar, para alejarse y regresar sólo cuando quiera. Sabe que yo estoy aquí, esperándola.
"Pura alegría, alegría
altísima, empinada
encima de sí misma. [...]
Y no dejará humo,
ni cadáver, ni pena
-memoria de haber sido-.
Y nadie la sabrá,
nadie, porque ella sola
supo de sí. Y ha muerto."
a dreamer.
Pd: Todo empezó por un poema de Salinas... Todo va, todo viene.