domingo, noviembre 25, 2007

Érase una vez...

Un príncipe y una princesa empezaron sus vidas, al conocerse. Caricias, miradas, palabras, besos con risas.
Poco a poco, el tiempo, que escapaba de sus manos, se transformó en un constante ritmo que perforaba, marcaba sus pasos y los ataba a una eternidad compartida.
Las palabras se empezaron a tragar, las miradas a evitar, el silencio era algo denso que oprimía sus pulmones.
Asesinaron todas las primeras veces, que yacían cubiertas por un gris manto de viejos recuerdos remendados por el olvido y sus fantasías.
Un día, decidieron acabar con el engaño. Se miraron.
El príncipe la abrazó, presa de la sombra del miedo que empezaba a envolverlo. Vomitó mentiras, sentimientos muertos... Ella lo siguió meciendo lentamente, pronunciando palabras de un amor que había sido asesinado por la rutina.
La soledad se acercó a ellos, en silencio, y los observó, abrazados. Sonrió con la mirada perdida. Pensó que no había lugar más frío que aquel, donde el miedo y la monotonía habían escrito el final de este cuento de hadas.

El otro día pensé que faltan historias de príncipes y princesas en las que la monotonía se haya apoderado de todo, metiéndolos en algo estancado, que ni avanza ni retrocede. Simplemente queda igual, y esa falta de cambio, es lo que les hace estar tan solos, teniéndose el uno al otro.

Me asusta que haya personas que se acomoden a la rutina...que yo pueda llegar a hacerlo.

a dreamer.

PD: Siento el retraso.

4 Comments:

Anonymous Anónimo escrbió...

es difícil no caer en la rutina cuando vivimos en un mundo marcado por pautas tan marcadas como lavarte los dientes.
me asusta que un día pueda llegar a hacer el amor igual que me lavo los dientes.
es difícil.
me asusta que pueda acomodarme a la rutina. me asusta mucho.

tantos libros como sueños, para no amodorrarnos, para no acomodarnos... y muchos colores
clem

jueves, noviembre 29, 2007  
Anonymous Anónimo escrbió...

me encantan los cuentos de príncipes y princesas... hacía mucho que no leía ninguno.
clem

jueves, noviembre 29, 2007  
Blogger Phantom escrbió...

Esta historia me ha hecho pensar más de lo que debiera... gracias.

Mil seiscientos trece besos

domingo, diciembre 09, 2007  
Anonymous Anónimo escrbió...

érase una vez... pero aquello no fue nunca...

el cuento más triste del mundo
clem

sábado, diciembre 15, 2007  

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