lunes, septiembre 17, 2007

Azul (2)




Estaba sentada, tan arriba que tenía vértigo al sentir que podía tocar el cielo.


Estaba tan alto, que sus manos no olían a monedas.


Tan lejos del suelo, que la altura de los edificios no robaba protagonismo al azul.


Tan arriba, que cualquier reloj explotaría ante el impulso de ser libre.


Tan apartada del sabor a prisas y a monotonía, de las miradas que lloran problemas, de los futuros congelados...que la inmensidad decidió no envolverla con su manto, no aún que la escarcha no había arañado sus alas. Prefirió observarla, mientras ella, ajena, dibujaba nubes a las que nadie buscaría forma.


La inmensidad contempló esa noche la Luna y, por primera vez, se sintió pequeña a su luz.


Como alguien me dijo una vez: "A veces lo que hacemos parecen gotas en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota".

Contemplando las nubes, porque sé que nadie verá lo mismo que veo...

a dreamer.

1 Comments:

Blogger Phantom escrbió...

Saludos a esa pequeña hada que revolotea allá arriba. Claro que nadie podrá ver jamás lo que tú ves, esa es la magia del cielo, la luna y las estrellas, del mar y las hojas de los árboles, de una sombra que te hace reír, de una brisa que te recuerda a lágrimas de un futuro, a la soledad que provoca una marea de gente sin principio ni final...

Desde aquí abajo, mil seiscientos trece besos

jueves, septiembre 20, 2007  

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