viernes, febrero 09, 2007


Cierra los ojos. Nada más. Sé que será difícil...pero olvida tu alrededor, no te pasará nada, estoy aquí... Cierra los ojos.
¿Ves esa gran puerta? De madera vieja. Cualquiera diría que hace mucho tiempo que no se abre. Puede que no se haya abierto nunca. Abres la puerta. Antes, miras atrás, a la niebla. Entras y cierras tras de ti. Miras alrededor. Buscas.
Yo vivo allí. Dentro. Llevo días esperando nuestra cita, siempre la he estado esperando. Las manos me sudan, y rezo para que no notes como mi voz tiembla como la luz de una vela.
Me acerco a ti.
Sólo nos miramos. Puedo ver la luz en tus ojos, la luz que confundiría a cualquier barco perdido.
Nos sentamos sobre la hierba. Las flores te acarician los pies descalzos.
Las estrellas bajan y se confunden con las hadas que nos arropan. La Luna quiere escucharte. El viento juega con tu pelo. Los árboles bailan a un ritmo pausado. La hoguera susurra. Las palabras sueñan con volar...
Tus ojos brillan. Yo sonrío.
No existe el tiempo en ese lugar, pero ya es tarde. Debes volver.
Te pongo las alas, las anudo con todas mis fuerzas...
Sigues el camino. Para volver o quizás no, ¿quién sabe?
Mientras, la Luna se va apagando y la hoguera va muriendo. Tú ya estás lejos.
Quizás sea hora de salir...
Y eso...era mi interior, parte de él. Yo estoy detrás de esa cortina roja.
Abre los ojos sin prisas. Algún día volveremos, te lo prometo. Pero la próxima vez será distinto, nunca igual.
Ahora te espera la realidad, ese futuro que creías incierto y que ahora se ha convertido en tu presente.
Quítate la venda.
Yo...volveré a cerrar los ojos, un poco más.
Desgastando muros, asomándome de puntillas a vuestro interior.
A Dreamer.